Los Beyos

Siguiendo la carretera que va de Cangas de Onís a Riaño, a 15 km de Cangas, tenemos el desfiladero de los Beyos y el Parque Natural de Ponga. Aquí encontramos el mejor queso que he probado nunca. Actualmente solo queda un productor de este queso, mi preferido es el de cabra. Su textura es única y su sabor realmente intenso. Con intenso no quiero decir fuerte, porque no lo es, es suave, suave pero intenso.

Algo que me encanta es darlo a probar a la gente y ver como se les cambia la cara al introducirlo por primera vez en la boca. La situación se repite siempre, meten un trozo en la boca, ponen cara de sorpresa y dicen: "pero qué es esto? Nunca había probado una textura así, qué sabor tiene!"

Este magnífico queso, así como muchos más, podemos adquirirlos diréctamente en la quesería "La Collada", en la localidad de Cirieño. Si no tenemos la oportunidad de desplazarnos hasta allí lo podemos encontrar en tiendas de Asturias.

El primer año que descubrimos la quesería, el queso ya lo conocía, después de llenar un par de bolsas de quesos, preguntamos al dueño si conocía a alguien que hiciera sidra y nos habló de su hermano que en otro pueblo cercano, Sellaño, hacía una sidra muy buena, así que nos dirigimos hacia allí diréctamente.

Si el queso es el que más me gusta de los cientos de quesos que he probado, no puedo decir menos de la sidra, de nombre "Cañón". Realmente espectacular. Ese año nos trajimos sidra de varios lugares y la sidra "Cañón" si bien en el momento nos gustó la que más, una vez en casa, la diferencia se hizo aún mayor y según pasaban los meses, el resto de sidras perdían su fuerza y sabor mientras ésta los mantenía totalmente. Para navidades ya no había comparación posible, la sidra "Cañón" ganaba por goleada. Tal es así, que ahora todos los años es viaje obliglado a Asturias con dos destinos fijos, Cabrales y los Beyos para llenar la despensa.

Ya puestos preguntamos por algún sitio para comer bien y barato. Eso no es muy dificil en Asturias, pero dado que la competencia es tan grande, seguro que los lugareños nos hacen referencia a lugares especiales que de otra forma igual no caes por alli.

Eso fué la guinda del pastel. Nos recomendaron un restaurante de Sellaño, Casa Ricardo que está apartado unos 300 metros de la carretera donde fué imposible acabar el menú. Nada más sentarme, lo primero que hizo el camarero fué ponerme un buen plato de queso de los beyos, aquello pintaba muy bien.

La elección era realmente difícil pero al final me decidí por fabada y cabrito. De primero me sacaron una cacerola de fabada y de segundo una fuente de cabrito enorme, pensaba que iba a morir allí mismo. De hecho según salí del restaurante tuve que echar una larga siesta para recuperarme. Para el postre, natillas caseras, tuve que esperar a que me bajara un poco la comida. Con la botella de sidra "Cañón", el menú no llegó a los 15 € y dejé casi la mitad. Impresionante!

El restaurante es también hotel rural y dado lo bien que se come y te atienden, me imagino que alojarse allí con vistas al Parque Natural de Ponga debe ser todo un lujo al alcance de cualquiera.













Esta casa parecía una auténtica maqueta.















Impresionante menú. La foto del cabrito no es un plato con una cuchara, sino una fuente con un cucharón!






 Cirieño
 Me sorprendió ver la cantidad de hórreos que todavía mantiene el pueblo. Aquí tenemos la quesería La Collada donde encontramos el queso de los beyos.














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  Tras llenar la despensa de quesos, toca seguir el camino por el desfiladero de los Beyos, esta vez hacia la provincia de León, el pantano de Riaño.







 Por el camino nos encontramos con este área recreativa bastante grande, pero esta la dejamos para otro día, hoy ya no quedan fuerzas para más.

















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